¡Toc, toc! Así se sale del closet

La autenticidad es un superpoder en una sociedad que todavía rechaza lo diferente. Pero encontrar el camino puede ser aterrador.

La posibilidad de que tus amigos, tu familia y tu comunidad te condenen al ostracismo es suficiente para dejar encerrado en un cajón a cualquiera. Pero que estés seguro allí no significa que estés cómodo.

Salir del closet es un primer paso desafiante hacia la aceptación y el amor propio con el que las personas queer de todo el mundo luchan en algún momento de su vida. La ansiedad antes de hacerlo puede paralizarte aunque creas que tendrás un resultado positivo. Sin embargo, todo el estrés, la ansiedad y pesadez que sientes cuando cargas con tu otro yo heterosexual desaparece cuando expresas tu verdadero yo.

Salir del closet como gay, lesbiana, bisexual o cualquier otra identidad queer puede ser muy sanador. El objetivo es dar esos primeros pasos terribles hacia la luz del sol y ocupar un espacio sin pedir disculpas.

Dicho esto, la idea de salir del closet puede ser muy abrumadora y hacer que te sientas congelado en el tiempo. Estamos aquí para ayudarte: deja que nuestras experiencias al otro lado de la puerta te muestren cómo salir del closet con tus propias condiciones y sin atender las ajenas.

Cómo salir del closet en 6 pasos

No hay una ruta directa hacia el final de la salida del closet. Muchos de nosotros tenemos que hacer un giro brusco a la izquierda, dar un rodeo, retroceder o saltar hasta llegar a nuestro destino. Pero sin importar cómo llegues, un mapa de referencia puede mantenerte seguro y en el rumbo.

Considera estos seis pasos como GPS, pero ten la libertad de desviarte según te convenga.

1. Salir del armario contigo mismo

Este paso es quizá el más importante. Si no puedes salir del closet contigo mismo, ¿cómo diablos lo harás con otra persona? La autoaceptación es poderosa y puede ayudarte a reunir el valor necesario para contárselo a los demás. Antes de abrirte a tus seres queridos, necesitas una base sólida y sentirte cómodo en tu propio ser.

La confianza es una de las mejores defensas contra las posibles reacciones adversas. Si te aceptas por completo, esa aceptación se convierte en tu armadura frente al dolor. La autorreflexión profunda no es fácil para muchos de nosotros, pero es vital y te costará llegar más lejos si antes no te ocupas de esto.

2. Salir del closet con amigos

El término "familia elegida" es familiar para muchas personas queer; estamos acostumbrados a elegir a nuestra familia a través de la amistad. Por eso, salir del closet primero con tus amigos es el siguiente paso lógico. Hay muchas posibilidades de que tus amigos te quieran y te acepten por lo que eres porque los elegiste a causa de una conexión mutua, que por lo general implica creencias similares.

Aun así, es inteligente prepararse para cualquier cosa y avanzar con expectativas controladas. Lo ideal es que tus amigos te apoyen y te quieran por lo que eres. Pero si no lo hacen, puede que sea hora de poner límites o replantearte tu relación con ellos.

No deberías tener que negar tu verdadero yo para tener una amistad, así que no cedas en tu recién descubierta confianza en tu identidad queer. En lugar de eso, ten paciencia con tus amigos si están dispuestos a comprender. A veces, el tiempo o la distancia también pueden ayudar a que las emociones se asienten en una conversación más comprensiva sobre tu orientación sexual o identidad de género.

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3. Salir del closet con tu familia

En este paso suele atascarse más la gente. Salir del closet ante tu familia es un ejercicio de vulnerabilidad radical que sólo las personas queer pueden comprender de verdad.

Es fácil quedarse atrapado pensando: "¿Cómo puedo decirle a mi mamá que soy gay? ¿Me seguirá queriendo si lo hago?". Pero no te preocupes: estos miedos son muy normales. Puedes superarlos a pleno y compartir tu verdadero yo con tu familia.

Averiguar cómo salir del closet ante tus padres no es tarea fácil para una persona queer en crecimiento. Es intimidante, aunque creas que lo aceptarán. Ese pequeño fragmento de incertidumbre es suficiente para mantener a la gente en las sombras durante años. Hablar de esto con tu familia puede ser aún más estresante si luchas con la identidad de género o te identificas como transexual.

Puedes utilizar un planteamiento similar al que usarías con tus amigos para salir del closet con tu familia. Prepárate para la conversación con antelación, desarrolla un guión y sabe cómo quieres responder según todo vaya bien o no.

Programa una charla seria con tu familia cuando las distracciones sean mínimas. Si necesitas una fecha límite para ponerte las pilas, piensa en el Día Nacional de Salir del closet.

Pero con la familia, es crucial empatizar con ellos si están confusos; muchas personas mayores pueden sentirse sorprendidas por esta revelación, así que es natural que necesiten más información o recursos que les ayuden a aceptar tu condición de LGBTQ+. Al fin y al cabo, tú has tenido años para prepararte para este momento, y ellos acaban de enterarse de que no eres heterosexual.

4. Reconciliarse y seguir adelante

¡Felicitaciones, lo lograste! Te sinceraste contigo, tu familia y tus amigos. Ahora, es esencial que te controles antes de arrojarte a tu nueva vida.

¿Cómo te sientes? ¿Hay algún sentimiento persistente o algún cabo suelto que quieras atar? Es el momento de ser honesto y buscar aún más claridad.

Este paso implica averiguar cómo encaja la fe en la ecuación para muchos. Las organizaciones religiosas a menudo descartan o incluso se oponen a la homosexualidad de forma abierta, lo que puede resultar muy invalidante seas practicante o no.

Pero esta es la realidad: ser gay es natural. No importa lo que crean los demás. Así que celebra tu nuevo orgullo. Recuerda que te quieren y te apoyan muchas personas. Aunque tengas que ir a buscarlas, existen. Lo sabemos porque nos incluimos en ese grupo.

Esta es otra pregunta que podría explicar algún conflicto interno: ¿Cuándo saliste del closet? Segúndel momento de tu vida en que des el salto, quizá debas reconciliarte con décadas de confusión emocional.

Date espacio para ello. El duelo por la vida que podría haber sido a menudo forma parte del proceso. Es comprensible tener emociones confusas, incluso si tu salida del closet fue un éxito. La ira, la tristeza, la desazón y el miedo son sentimientos válidos con los que debes sentarte y digerir antes de seguir adelante.

5. Gritarlo al mundo

Qué tan abierto te muestres al mundo depende de ti. Los estereotipos pueden contribuir a que la gente asuma tu sexualidad o identidad, mientras que otros quedarán atónitos cuando se enteren (de nuevo, gracias a los estereotipos).

Pero aquí está la otra cara de la moneda de estar fuera: no le debes a nadie una explicación de quién eres. Con la aceptación de ti mismo y de las personas que te importan, no necesitas justificar tu existencia ante nadie más en este planeta.

Eso no significa que no debas salir del closet de forma cómoda. Abrazar tus verdaderos colores y dejar a un lado la vergüenza forma parte de este proceso. La homosexualidad puede parecerse a muchas cosas, y no existe un enfoque único para salir del closet y ser abierto. Infórmate sobre el tipo de queer que quieres mostrar al mundo y hazlo con tanta fuerza que nadie pueda negar tu luz.

6. Ser tú mismo después del closet

Ahora que se asentó la polvareda, queda una pregunta fundamental: ¿Quién eres en realidad? Perder la percepción de uno mismo como táctica de conservación es otro mecanismo de supervivencia que las personas queer conocen demasiado bien.

Recuerda que la homosexualidad es mucho más que con quién tienes relaciones sexuales. Busca formas de incorporarte a la comunidad LGBTQ.

Es muy probable que te identifiques con un montón de cosas queer, así que empieza a conseguirlas. Busca contenidos queer, como música, arte, cine, moda y libros. Este paso puede parecer poco importante, pero descubrirte a ti mismo sin forjar conexiones con la historia y la cultura gay puede resultar alienante.

Viajar también es una forma excelente de volver a ti mismo. Explorar países LGBTQ-friendly te ayudará a sentirte bienvenido, no solo tolerado. Hay una diferencia enorme entre estas dos experiencias, algo con lo que te familiarizarás cuanto más fuera del closet estés. Por tanto, es esencial viajar a lugares donde no te sientas obligado a encerrarte.

Estés donde estés, pasar tiempo como tu auténtico yo rodeado de personas que no te juzgan puede ayudarte a comprender lo que quieres de ti mismo y de los demás en este nuevo capítulo de tu vida. Y esa respuesta siempre puede cambiar. Nada está tallado en piedra.

¿Quién eres? Ve más allá de la identidad

Un último consejo sobre cómo ser tú mismo: Es habitual que las personas queer asuman el título como una identidad holística, envolviéndose en su orientación sexual y utilizándola para informar sobre su personalidad.

No hay nada malo en hacerlo si te parece auténtico, pero pregúntate si es así. Salir del closet como LGBTQ no significa que tengas que deshacerte de todo lo que te identifica; ahora solo no tienes miedo de estar aquí y de ser quién eres. Lo vives con pasión y estás acostumbrado a ello.

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